Muchos suecos celebran los onomásticos en Suecia como una tradición cultural. Cada día del año está asociado con nombres específicos, a menudo arraigados en el calendario cristiano o en las costumbres históricas de denominación sueca. Los días del nombre están marcados en los calendarios y las personas con el nombre asignado a un día en particular pueden recibir saludos, pequeños obsequios o flores de amigos y familiares. A diferencia de los cumpleaños, los onomásticos suelen ser menos formales y más discretos. Algunos lugares de trabajo y escuelas podrían reconocerlos con una simple felicitación. En general, los onomásticos se celebran en muchos países europeos, a menudo como parte de tradiciones religiosas o culturales. Las prácticas varían ampliamente, desde grandes fiestas en algunas culturas hasta un modesto reconocimiento en otras. Si bien los onomásticos son menos importantes en los tiempos modernos, siguen siendo una forma apreciada de honrar el patrimonio y las conexiones personales.