En Eslovaquia, los onomásticos son una tradición importante y se celebran de manera similar a los cumpleaños. Cada día del año está asociado con nombres específicos y las personas con esos nombres celebran ese día. La celebración suele incluir recibir buenos deseos, flores o pequeños obsequios de amigos y familiares. Es costumbre que el celebrante organice una reunión y ofrezca a los invitados comida y bebida. Los días del nombre también se reconocen en el calendario, lo que facilita que las personas recuerden cuándo celebrar. La tradición tiene sus raíces en las costumbres cristianas, donde las fiestas de los santos se asociaban con los onomásticos. Si bien son menos festivos que los cumpleaños, los onomásticos tienen un valor cultural significativo en la sociedad eslovaca. Muchas personas ven los onomásticos como una ocasión especial para honrar sus nombres de pila y la tradición misma.