Los onomásticos en Estonia se celebran como una contraparte menos formal de los cumpleaños, a menudo asociados con el día calendario dedicado a un nombre específico. Tradicionalmente arraigados en las fiestas de los santos cristianos, los días del nombre ahora están marcados por calendarios publicados que enumeran los nombres de cada día. Los estonios pueden celebrar su onomástica con familiares o amigos, a menudo disfrutando de pequeñas reuniones o compartiendo dulces y golosinas. A diferencia de los cumpleaños, los onomásticos no suelen implicar fiestas ni regalos elaborados, sino que se centran en un simple reconocimiento. Es habitual que compañeros o conocidos feliciten a alguien por su onomástica si son conscientes de ello. Las celebraciones del día del nombre varían en importancia en toda Europa, y algunos países las tratan como eventos importantes. En Estonia, tienen una importancia cultural modesta y ofrecen una ocasión adicional para la conexión y la buena voluntad.