En España las onomásticas se celebran en honor a los santos, ya que muchos nombres españoles corresponden a los de santos del calendario católico. Cada día del año está dedicado a un santo específico, y las personas que llevan el nombre de ese santo celebran su onomástica de forma muy parecida a un cumpleaños. Los familiares y amigos suelen ofrecer felicitaciones y pequeños obsequios. Son comunes los saludos tradicionales como Feliz día o Felicidades. Si bien no son tan importantes como los cumpleaños, los onomásticos tienen importancia cultural en muchas regiones españolas, especialmente en las comunidades religiosas. Las celebraciones pueden incluir una comida familiar o una pequeña reunión. Además de las celebraciones personales, algunas iglesias celebran misas especiales para honrar a los santos. La práctica de los onomásticos también es común en otros países católicos, cada uno con sus propias variaciones sobre cómo observar el día.