En Dinamarca, los onomásticos se celebran de manera similar a los cumpleaños, pero en lugar de marcar el día de nacimiento, honran la fiesta de un santo o figura histórica que da nombre a una persona. Esta tradición se observa particularmente en Dinamarca, Suecia y Grecia, entre otros países. Por lo general, la celebración implica recibir buenos deseos, pequeños obsequios o flores de amigos y familiares. Las personas que llevan el nombre de un santo o figura importante celebran la fiesta de ese santo específico, que está marcada en el calendario. Las onomásticas tienen un origen religioso, ligado al calendario cristiano, donde las festividades de los santos se asignan a fechas concretas. En Dinamarca, la celebración es menos prominente que los cumpleaños, pero sigue siendo una ocasión apreciada para quienes la celebran. La tradición es menos común entre las generaciones más jóvenes, pero aún se mantiene en algunas familias y comunidades. Los onomásticos a menudo se consideran un motivo adicional de celebración, que contribuye a crear un ambiente festivo.